¿Qué es el filtro de partículas (DPF)?
El filtro de partículas diésel (DPF) es un dispositivo que se instala en el sistema de escape de los coches diésel para reducir las emisiones contaminantes. Su función es atrapar las partículas sólidas, como el hollín, que se generan durante la combustión del diésel. Estas partículas, si se liberan a la atmósfera, contribuyen a la contaminación del aire y pueden ser perjudiciales para la salud. El DPF actúa como un guardián, capturando estas partículas y evitando que salgan al exterior.
¿Cómo funciona? (H2)
El DPF se asemeja a una pequeña red que atrapa las partículas de hollín. Pero, ¿qué ocurre cuando la red está llena? El filtro se limpia a sí mismo mediante un proceso llamado regeneración. Existen dos tipos de regeneración:
Proceso de filtración y regeneración (H3)
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Regeneración pasiva: Ocurre automáticamente mientras conduces, especialmente a velocidades elevadas y constantes, como en autopista. La alta temperatura de los gases de escape quema las partículas acumuladas.
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Regeneración activa: Si la regeneración pasiva no es suficiente, el coche inicia una regeneración activa. Notarás un ligero aumento en el consumo de combustible y, en algunos casos, un olor diferente en el escape.
Diferencia entre regeneración activa y pasiva
La principal diferencia radica en cómo se inicia el proceso. La pasiva ocurre de forma natural, mientras que la activa es iniciada por el coche cuando detecta que el filtro está muy saturado.
¿Qué ocurre cuando hay fallos en el sistema?
El DPF es un componente esencial en los coches diésel modernos, pero como cualquier pieza del coche, puede sufrir fallos. Detectar estos fallos a tiempo es crucial para evitar problemas mayores y costosas reparaciones. Un DPF que no funciona correctamente no solo aumenta las emisiones contaminantes, sino que también puede afectar al rendimiento de tu coche.
Síntomas de un mal funcionamiento
Si tu DPF no está funcionando como debería, tu coche te enviará señales. Presta atención a estos síntomas:
- Pérdida de potencia: Si notas que tu coche tiene menos potencia de la habitual, le cuesta acelerar o no responde como debería al pisar el acelerador, un DPF obstruido podría ser la causa. La acumulación excesiva de partículas en el filtro dificulta la salida de los gases de escape, lo que reduce la potencia del motor.
- Humo excesivo: Un humo negro o gris denso que sale del tubo de escape, especialmente al acelerar, puede ser una señal de un problema con el DPF. Este humo es causado por las partículas que no están siendo filtradas correctamente y se están liberando a la atmósfera.
- Aumento del consumo de combustible: Un DPF obstruido dificulta la salida de los gases de escape, lo que obliga al motor a trabajar más y aumenta el consumo de combustible. Si notas que tu coche consume más de lo normal, un DPF obstruido podría ser la causa.
- Olor a combustible sin quemar: En algunos casos, un DPF obstruido puede provocar un olor a combustible sin quemar en el escape. Esto se debe a que el combustible no se quema completamente debido a la restricción en el flujo de gases de escape.
¿Qué ocurre si se enciende la luz del filtro de partículas?
Si se enciende la luz del DPF en el salpicadero, es una señal de que el filtro está saturado y necesita regenerarse. Intenta conducir a una velocidad constante y elevada durante unos 20-30 minutos para facilitar la regeneración pasiva. Si la luz no se apaga, acude a un taller especializado.
Cuándo y por qué debes sustituirlo
El DPF tiene una vida útil limitada y, con el tiempo, deberá ser sustituido.
Señales de desgaste o necesidad de limpieza
Las señales que indican que el DPF está llegando al final de su vida útil son similares a las de un mal funcionamiento: pérdida de potencia, humo excesivo y aumento del consumo.
¿Cuál es su vida útil y cuántos kilómetros puede durar?
La vida útil del DPF varía según el modelo de coche y el tipo de conducción, pero suele ser de entre 120.000 y 240.000 km. Como es un rango amplio, deberemos hacer revisiones periódicas, así evitaremos cualquier inconveniente.
Coste de reemplazo
El coste de sustituir un DPF puede ser elevado, entre 600€ y 2.000€. En algunos casos, es posible limpiarlo en lugar de sustituirlo, pero esta opción no siempre es efectiva.
Cómo limpiar el filtro de partículas si está obstruido
Si el DPF está obstruido, existen diferentes métodos para limpiarlo.
Métodos efectivos de limpieza y regeneración
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Regeneración forzada: Un taller especializado puede realizar una regeneración forzada del DPF, que consiste en inyectar una solución química en el filtro para quemar las partículas acumuladas.
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Limpieza con agua a presión: En algunos casos, es posible limpiar el DPF con agua a presión, pero este método no siempre es efectivo y puede dañar el filtro.
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Sustitución: Si la limpieza no es efectiva, la única solución es sustituir el DPF.
Medidas preventivas para evitar problemas frecuentes
Está claro que el momento de sustituir nuestro DPF va a llegar, pero siempre podemos tomar medidas de prevención para retrasar lo máximo posible ese momento. ¿Cómo? Sugerimos dos formas de hacerlo:
- Conduce de forma eficiente: Evita aceleraciones y frenazos bruscos, que generan más partículas.
- Utiliza combustible de calidad: Los combustibles de alta calidad, generan menos residuos y ayudan a mantener limpio el DPF.